Las tecnologías digitales hacen la agricultura más accesible a las nuevas generaciones
Un reciente documento de trabajo publicado por la OCDE y titulado "The Evolving Profile of New Entrants in Agriculture and the Role of Digital Technologies" arroja luz sobre el papel fundamental que pueden desempeñar los nuevos participantes en la transformación de los sistemas alimentarios. El documento subraya que comprender el perfil cambiante de estos nuevos participantes, junto con las barreras a las que se enfrentan y el potencial de las tecnologías digitales, es crucial para configurar políticas que mejoren sus contribuciones al sector agrícola.
El análisis revela que los recién llegados a la agricultura en los países de la OCDE suelen ser más jóvenes, predominantemente hombres, y poseen mayores niveles de educación y habilidades empresariales en comparación con los empresarios agrícolas ya establecidos. Estos atributos les permiten impulsar la innovación, aumentar la productividad y mejorar la competitividad del sector agrícola. Sin embargo, se enfrentan a importantes retos, como las restricciones de capital, el acceso limitado a la tierra y las complejidades normativas. El estudio también destaca la escasa representación de las mujeres entre los nuevos empresarios, lo que sugiere que las barreras específicas de género siguen siendo significativas.
Las tecnologías digitales surgen como una posible solución a muchos de estos retos. El documento sugiere que la digitalización en la agricultura podría aliviar algunas de las limitaciones a las que se enfrentan los nuevos agricultores al reducir las exigencias físicas de la agricultura, permitir horarios de trabajo más flexibles y apoyar actividades de diversificación en las explotaciones, como el agroturismo. Además, las herramientas digitales podrían contribuir a hacer la agricultura más atractiva para una generación más joven y conocedora de la tecnología, fomentando así la renovación generacional en el sector.
A pesar de los beneficios potenciales, la adopción de tecnologías digitales en la agricultura no está exenta de desafíos. El documento señala que los costes y riesgos asociados a la digitalización varían en función de los distintos contextos, y que los actuales sistemas educativos y de formación pueden no preparar adecuadamente a los agricultores para las competencias necesarias en una economía agrícola digitalizada. El informe aboga por que los gobiernos inviertan en la creación de capital humano, la eliminación de las brechas de género y la aplicación de estrategias a largo plazo para hacer frente a las nuevas carencias de competencias.
Las conclusiones subrayan la importancia de las intervenciones políticas adaptadas para apoyar a los nuevos participantes y promover la adopción de tecnologías digitales en la agricultura. Al abordar estas cuestiones, los gobiernos pueden contribuir al desarrollo de un sector agrícola más sostenible, digitalizado e inclusivo.
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