Los recursos forestales reducen significativamente la escasez de alimentos
Nuevo investigación de la Universidad de Notre Dame pone de relieve el importante papel que desempeñan los bosques en la reducción del hambre y el fomento de la sostenibilidad en los países de renta baja y media. El estudio, realizado en Liberia, constató que los hogares dedicados a actividades forestales -como la recolección de madera, la caza de animales silvestres y la recolección de plantas comestibles- experimentaron una reducción de 84% en la escasez de alimentos.
La investigación, publicada en la revista Seguridad alimentariaEl estudio, dirigido por Daniel C. Miller, profesor asociado de Política Medioambiental en la Keough School of Global Affairs de Notre Dame, cuenta con la coautoría de Festus Amadu, antiguo investigador posdoctoral en Notre Dame y ahora profesor adjunto de Política Climática en la Florida Gulf Coast University. El estudio utilizó datos de una encuesta realizada en 2019 por el gobierno de Liberia y el Banco Mundial, que recogió información de casi 3.000 hogares que viven cerca de los bosques en los 15 condados de Liberia.
Los resultados subrayan la importancia de los bosques para mejorar la seguridad alimentaria, especialmente en Liberia, donde 69% de la tierra está cubierta de bosques. Los bosques ofrecen una fuente de alimentos fundamental para los hogares rurales, especialmente durante los periodos de escasez agrícola. El estudio reveló que los hogares dedicados a actividades forestales se enfrentaban a la inseguridad alimentaria durante casi tres meses menos al año en comparación con los que no se dedicaban a tales actividades.
Miller subrayó que, aunque los bosques no pueden sustituir a la agricultura a gran escala, son una fuente de alimentos complementaria crucial, sobre todo en regiones vulnerables a condiciones meteorológicas extremas, inestabilidad política y descenso de la productividad agrícola. La resistencia de los bosques a estos retos los convierte en un componente cada vez más vital para hacer frente a la inseguridad alimentaria en el África subsahariana, incluida Liberia.
La metodología del estudio, que implicaba el análisis de datos específicos de los bosques a escala nacional, podría aplicarse en otros países ricos en bosques pero económicamente pobres para comprender mejor cómo contribuyen los bosques a reducir la inseguridad alimentaria. Miller señaló el potencial de esta investigación para informar las políticas nacionales, abogando por la inclusión de los bosques en estrategias más amplias de desarrollo y bienestar.
La investigación contó con el apoyo de la red Forests & Livelihoods: Assessment, Research and Engagement (FLARE), con financiación de Notre Dame Research, la Notre Dame Environmental Change Initiative y la Keough School. Miller y Amadu tienen previsto seguir investigando cómo influye la gobernanza forestal a nivel comunitario en los beneficios que las poblaciones cercanas pueden obtener de los bosques. Las conclusiones del estudio, señaló Miller, tienen importantes implicaciones para los responsables políticos centrados en la gestión y conservación de los bosques, reforzando el valor de unos bosques bien gestionados en las estrategias nacionales de desarrollo.
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