La tecnología de imagen térmica ofrece nuevas soluciones para la conservación de productos agrícolas

A revisión reciente de la Universidad de Georgia (UGA) destaca el potencial de la tecnología de imágenes térmicas para afrontar los retos que plantea el mantenimiento de la calidad de los productos durante su recolección y almacenamiento. El estudio sugiere que esta tecnología podría desempeñar un papel fundamental en la reducción del desperdicio de alimentos y la conservación de la calidad de frutas y verduras, ya que las fluctuaciones climáticas afectan cada vez más a las prácticas agrícolas.

La temperatura, la humedad y la luz son factores cruciales para evitar el deterioro de los productos frescos. Los picos de temperatura, en particular, pueden provocar una rápida descomposición, acortando la vida útil. Los métodos tradicionales de control de la temperatura, como los termómetros, suelen llevar mucho tiempo, pueden dañar los productos y aumentar el riesgo de contaminación.

La investigación, dirigida por Kevin Mis Solval, profesor asociado de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Medioambientales de la UGA, descubrió que las imágenes térmicas ofrecen una alternativa eficaz. Al medir la radiación infrarroja, estas cámaras pueden controlar los cambios de temperatura en tiempo real sin contacto directo, lo que permite detectar rápidamente fluctuaciones que podrían comprometer la calidad del producto.

"Las herramientas de termografía no sólo son viables, sino también rentables y eficaces para controlar los perfiles de temperatura", señala Mis Solval. Estos dispositivos van desde cámaras industriales hasta accesorios para smartphones, lo que los hace accesibles a agricultores y procesadores de alimentos.

La tecnología podría ser especialmente beneficiosa en los procesos de refrigeración inmediatamente posteriores a la cosecha. Por ejemplo, las verduras de hoja verde requieren un enfriamiento rápido para prolongar su vida útil. Un retraso o error en este proceso podría reducir su vida útil de semanas a sólo días. La termografía puede ayudar a garantizar que se aplique la refrigeración adecuada de forma sistemática, reduciendo así la probabilidad de deterioro.

Además de controlar la temperatura, las imágenes térmicas podrían integrarse en el futuro en sistemas automatizados, optimizando la manipulación previa y posterior a la cosecha. Este avance se ajusta a la creciente necesidad de hacer frente a las tensiones externas relacionadas con el calor en los cultivos, como las temperaturas extremas y la intensa radiación solar.

El estudio también destaca las implicaciones más amplias de la termografía para los sistemas alimentarios. Al evitar el deterioro prematuro, la tecnología podría ayudar a garantizar que más productos cumplan las normas de calidad, reduciendo el desperdicio de alimentos tanto en el comercio minorista como en los hogares de los consumidores.

Publicado en Scientia HorticulturaeLa revisión ha contado con el apoyo del Centro para la Seguridad de los Productos y ha sido redactada conjuntamente por investigadores de los departamentos de Ciencia y Tecnología de los Alimentos y de Seguridad Alimentaria de la UGA. Como explica Mis Solval, "Garantizar que los productos de calidad lleguen al consumidor final es fundamental para reducir el desperdicio y mantener la eficiencia de la cadena de suministro."

Esta investigación subraya la importancia de adoptar tecnologías innovadoras para afrontar los crecientes retos de la agricultura y la conservación de alimentos.

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